Otro día mas estaba en el bosque con Gale, cazando. De
repente le oí maldecir a gritos y me gire hacia el con el ceño fruncido.
-¿Se puede saber que te pasa?- le pregunte cabreada-. Vas a
espantar a todos los animales en cinco kilómetros a la redonda.
-Que me he chocado contra una caja. ¡Qué mierda hace aquí una
caja!
Me giré hacia él
curiosa y cogí la caja. La abrí. Encima de tres libros había una carta “Katniss
Everdeen” ponía en el sobre. Me quedé petrificada ¿Por qué ponía ahí mi nombre?
-Ábrela- dijo Gale-. Es para ti.
La abrí con precaución y saqué el sobre.
Hola, espero que seas Katniss, de verdad que si (sería realmente malo que
esto cayese en malas manos), como mucho podrías ser Gale… ya que dudo el resto
se adentre en el bosque.
Antes de abrir los libros será mejor que busquéis a las siguientes
personas (sin ellas los libros no se
abrirán, creerme):
·Peeta Mellark
·Haynitch (único vencedor de los juegos de vuestro distrito)
·Gale (sabes a quien me refiero)
·Y tu Katniss
Leerlo en la casa frente al lago. Cuando estéis todos los libros se
abrirán y deberéis leerlos en este orden:
·Los juegos del hambre
·En llamas
·Sinsajo
Atentamente K. G.
PD: solo por si se os ocurre ignorarlo… puedo ser bastante pesada y de
verdad que os hará bien leerlo.
Leí en voz alta y miré a Gale.
-¿Vamos a
hacerlo?
-¿Qué perdemos si lo hacemos? ¿Porqué no?
-De acuerdo.
-Tú hablarás con Peeta y yo con Haynitch
-Mejor habla tú con el hijo del panadero.
-¿No me crees capaz de convencer a un paranoico borracho?
-Te veo totalmente capaz, pero te veo mas capaz que a mí de
convencer al hijo del panadero, créeme…
-Vale- le respondí extrañada.
Una vez repartimos las cosas en el cremador respiré hondo y
entre en la panadería. La mujer del panadero salió con una sonrisa para
atenderme pero en cuanto vio que era de La Veta se esfumó.
-¿Qué quieres?
-Esta Peeta, tengo que hablar con él.
-No, no está aquí.
Miré hacia la zona de la cocina donde le vi adornando unas
tartas y luego volví a mirar a su madre con una ceja levantada.
-Entonces sufro de alucinaciones, debería consultarlo con mi
madre- dije irónica. Esta señora no era de mi agrado desde ese día bajo la lluvia
donde yo me estaba muriendo de hambre y ni siquiera me dejó coger algo de su basura
sino que me sacó a patadas-. ¡Peeta!-. Grité segura de que me oiría. Levantó la
cabeza y abrió los ojos como platos hasta que su hermano se rio por lo bajo y
le dio con el codo en las costillas haciendo que se sobresaltara y estuviese a
punto de arruinar la tarta. Evite sonreír. Caminó hacia la puerta.
-¿S-si?- se aclaró la garganta.
-Puedo hablar contigo
un momento… creo que es importante- le dije, me hizo señas con las manos para
que hablara, miré a mi alrededor-. A solas.
Se acercó a la puerta y la abrió para mí, tenía la cara
manchada de harina y el delantal aún puesto.
-Tienes harina en la cara- le dije, se sonrojó y se la
limpió.
-Tú dirás.
-No se si me vas a creer lo que te voy a decir.
-Prueba a decírmelo.
-Esta bien… tu sabes que otro chico de La Veta y yo cruzamos
hacia el bosque para cazar ¿no?
-Si.
-Bien, hoy estábamos cazando y Gale ha encontrado una caja en
la que había tres libros y una carta que decía que debías estar tu para
leerlos… bueno, no solo tu sino Gale, Haynitch y yo también… bueno… que te
quería pedir que vinieras.
-De acuerdo
-¿Asi? ¿tan fácil?- le pregunté sorprendida.
-¿Dónde?
-Yo te llevaré, esta en el bosque
-¿Cuándo?
-Cuanto antes.
-Bien, voy a ver si me puedo escaquear, esperame.
-Esta bien- dije con una sonrisa, esto había sido demasiado
fácil. En poco tiempo estaba fuera vestido con ropa cómoda de calle-. Perfecto
¿vamos?
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